Introducción

Conozca a Alvamar, de Brasil, a quien cariñosamente llamamos "Alvinha". Eligió Living Private Tours para una visita de un día completo a Porto el 4 de marzo.

A sus casi 90 años, y a pesar de algunos problemas de movilidad, no dejó que nada le impidiera disfrutar de un día completo en Porto. Desde un crucero panorámico en barco hasta una cata de vinos de Porto en las Caves Fonseca, seguida de un delicioso almuerzo de Bacalao a la Crema y Francesinha, Alvinha aprovechó al máximo cada momento. Su entusiasmo y resistencia son una inspiración para todos nosotros, ya que demuestran que los obstáculos pueden superarse con determinación y alegría.

Una guerrera que se ganaba a todo el mundo con su alegría de vivir, su buen humor y su afecto. Fue profesora de profesión, pero siempre estaba dispuesta a aprender, así como a transmitir sus conocimientos y su larga experiencia vital.

Conozcamos más de cerca este conmovedor viaje en palabras del experto que guió la experiencia, Nuno Ferreira:

"Portugal es un país increíblemente bello que cautiva a cualquiera que lo visite, sea cual sea su motivación. Sin embargo, lo que nuestros visitantes nos dicen a menudo es que, aparte del clima maravilloso y los bellos paisajes que tenemos, lo que más impresiona son las personas. La verdad es que, más que experiencias o lugares hermosos, lo que cualquiera quiere es sentirse acogido, como en casa, y creo que estamos haciendo un buen trabajo en ese sentido".

El momento que me gustaría transmitir fue sin duda especial, al menos para mí. Todos sabemos que Portugal no siempre reúne todas las condiciones para un turismo accesible e inclusivo. Hacemos todo lo que podemos, pero aún quedan muchas barreras por superar.

El 3 de marzo me dijeron que al día siguiente tendría una visita de un día completo a Porto y que uno de nuestros huéspedes tenía problemas de movilidad y tendría que utilizar una silla de ruedas durante la visita. Esto no era nada nuevo para mí, así que si era necesario adaptaría el tour a las necesidades de nuestros huéspedes. Al día siguiente, sin que yo lo supiera, iba a tener uno de los mejores tours como experto turístico.

La visita comenzó a las 9 de la mañana y seguimos la ruta habitual, mostrando la parte moderna de la ciudad y el paseo marítimo. Hasta aquí, nada diferente. Empezamos a conocernos y el grupo brasileño estaba formado por una tía y dos sobrinas. Subir y bajar de la furgoneta le costó un poco a la tía, que se llamaba Alvamar, pero estaba claro que hacía un esfuerzo porque tenía muchas ganas de hacer este recorrido.

Cuando llegó el momento de hacer el crucero de los 6 puentes por el río Douro, nuestra resistencia (la de Alvamar y la mía) fue puesta a prueba. Hacer el trayecto en silla de ruedas entre la Plaza de la Ribeira y el Muelle de la Ribeira fue una aventura interminable, porque los paralelos no nos facilitaban la vida, y la silla de ruedas, que a veces se quedaba atascada en los paralelos, tampoco podía subir al barco. Así que todo el proceso de embarque se llevó a cabo con paciencia y total tranquilidad (incluso por parte de nuestros compañeros). Alvamar y sus sobrinas mantuvieron su elegancia y vigor en todo momento. Lo mismo ocurrió a la hora de desembarcar y desplazarse hasta el lugar del almuerzo.

En el almuerzo, decían que no podían comer nada demasiado pesado. Lo cierto es que comieron francesinha y bacalao a la crema, bien regados con un buen guaraná en el caso de Alvamar o un buen vino en el de las sobrinas, sin olvidar el postre. Estaban encantadas.

Por la tarde, además de la visita panorámica, hubo una parada en el Jardín del Morro, donde subir a la furgoneta fue otra aventura. Paramos el tráfico y contamos con la ayuda de los comerciantes locales para subir a la furgoneta. En las Caves Fonseca, las sobrinas escucharon atentamente la visita guiada mientras Alvamar dormitaba suavemente durante el trayecto. La mayor dificultad fue, sin duda, la subida por la rampa paralela al interior de las cuevas. Fue una prueba de resistencia y fuerza, pero la superé, aunque jadeaba.

Después vino la cata de vinos, que endulzó mucho a nuestros invitados. Este día mitad lluvioso, mitad soleado, terminó cuando nuestros invitados se despidieron. Fue sólo una despedida cara a cara, porque seguimos intercambiando mensajes y recomendaciones por teléfono, así como un mensaje de cumpleaños que le envié por vídeo el 11 de marzo, por el que me dio las gracias amablemente. Esta señora cumplió 90 años.

Haga clic en la imagen o en el link para ver el vídeo de Nuno Ferreira https://youtube.com/shorts/-XtOzxFFqkM?feature=share  

Haga clic en la imagen o en el link para ver el vídeo de la respuesta de Alvamar https://youtube.com/shorts/1NxN6b65KVU?feature=share

Este tour fue un regalo de agradecimiento a esta tía que tan bien ha cuidado de sus sobrinas. Alvamar, esta "niña" de nueve décadas, lo probó todo e hizo todo en la excursión, sin quejarse nunca. Profesora de profesión, siempre estaba dispuesta a aprender, pero también a transmitir sus conocimientos y su larga experiencia vital. Siempre se la veía serena y sonriente, con mucha alegría de vivir y buen humor, lo que encantaba a todo el mundo. Las dificultades para desplazarse no eran un obstáculo, sino más bien una experiencia, tanto para ellas como para mí.

Cuando regresaron a Brasil, me enviaron una foto del avión Tap que las transportó: se llamaba Nuno Alvares Pereira y se acordaron de mí. Fue un día diferente. Demostró que, aunque Portugal no sea un país totalmente accesible e inclusivo, si queremos podemos transformar el día de alguien y hacer lo que queramos. Por mi parte, fue un grupo que siempre recordaré y espero que cuando tenga 90 años tenga la misma resiliencia, buen humor y alegría de vivir que Alvamar".

Brindemos por "Alvinha", que cumplió 90 años el 11 de marzo: ¡una verdadera mujer cuyo espíritu contagioso conmueve a todos los que conoce!

Hasta la próxima.

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