Introducción

En palabras de Tânia Monteiro, Jefa de Equipo de Maria João en el Departamento de Visitas Regulares, Maria es mucho más que una guía turística: es una embajadora apasionada de su país, cuyo entusiasmo y energía contagiosos convierten cada visita en una experiencia inolvidable. Su inquebrantable dedicación y pasión por su trabajo se reflejan en cada detalle, garantizando que cada huésped se sienta especial y que cada momento sea inspirador.

Además de especialista en visitas guiadas, María es una hábil narradora que conecta emocionalmente con el pasado y comparte no sólo hechos históricos sino también experiencias personales que enriquecen el viaje. Su carácter acogedor hace que los visitantes se sientan como en casa mientras exploran los tesoros ocultos y crean recuerdos duraderos.

En resumen, un tour con María es un auténtico viaje cultural y emocional, guiado por una profesional excepcional y una verdadera entusiasta de su país.

¡Conozcamos una historia sobre conexiones improbables y muy especiales!

Un insólito protagonista en una ruta del vino

A veces es en los momentos más inverosímiles donde surgen las conexiones más especiales y sinceras. Era difícil imaginar que en una ruta del vino un niño pudiera ser el verdadero protagonista.

He aquí el testimonio de Maria João:

"La puerta del autobús se cierra, pero ni Lucas ni yo teníamos prisa por irnos. Algo nos hacía querer eternizar aquel momento. Se hizo el silencio por un momento. La verdad es que nunca imaginé que el invitado más especial de una ruta dedicada a las experiencias enológicas sería ¡un niño de 4 años!

Esto es lo que hay. Se trata de la vida y de las sorpresas que nos depara. ¡La historia que estoy compartiendo es amor en su forma más pura, porque los niños son honestos, genuinos, veraces y a veces dolorosamente sinceros! ¡No puedo olvidar que mi mayor crítica es SIEMPRE mi hija! Dicho esto, en la excursión del domingo, compartida con mi compañero de viaje, Lucas, ¡nos pusimos en marcha!

Teníamos una lista de invitados diversa, muchos países, muchas dinámicas y, en medio de 26 adultos, había un niño de 4 años. Permítanme presentarles a Sebastian. Este niño regordete, lleno de energía y con una sonrisa abierta, estaba allí, con su billete de reserva en la mano y ansioso por presentarse.

Sebastian es italiano, lo que convirtió la comunicación en un fenómeno divertidísimo. ¡¡¡¡No hablo italiano, lo entiendo y me encanta oírlo hablar, pero interactuar en ese idioma es una tontería!!!! ¡Aquí la historia cobra vida! Los padres de este pequeño son una pareja joven y, conscientes de que tenían un niño pequeño a su cargo, estaban decididos a que la experiencia fuera buena, pero también se esforzaron por que su hijo se lo pasara bien, ¡compartiendo su tiempo y su atención con este pequeño!

Cuando llegamos a Adega de Favaios, después de un recorrido por el lugar, almorzamos, una comida muy animada. ¡Buena comida y buen vino! Todo el mundo se acomodó, ¡y me di cuenta de que Sebastián no estaba con el grupo!

Pregunto a sus padres y me dicen que no quiere comer, que está en el salón viendo una película.... Y yo, en "modo mamá" pregunto... "¿Puedo invitarle a comer conmigo?". Y su padre me acompaña a "traducir" y ¡acepta de buen grado almorzar con Lucas y conmigo! ¡¡¡La lección de italiano, nuestros diálogos y la actitud de este chico fueron absolutamente encantadores!!! ¡A partir de ahí fue una auténtica fiesta!

¡A continuación visitamos la Quinta de S. Luís, donde Sebastián fue una vez más mi acompañante, mientras sus padres recorrían los viñedos y hacían catas de vino y mi compañero Lucas y yo nos divertíamos con Sebastián! ¡¡¡¡No podría haber tenido un profesor italiano mejor!!!! ¡Nos reímos mucho juntos!

Después de un día feliz, volvimos a Oporto. Sebastián, cansado, se durmió hasta tarde y, cuando llegamos a Oporto, se bajó del autobús llorando... Pensé: ¡se ha levantado de mal humor! Sólo papá me explicó la verdadera razón de sus lágrimas... Y resultó que Sebastian no quería dejarme. No quería bajarse del autobús!!!!!!!
"Te voglio benne, picollo amore mio!"

La historia casi acabaría aquí, si el día siguiente, a primera hora de la mañana desde el mostrador, fuera un día normal más... Entonces, inesperadamente, el pequeño Sebastián irrumpe en la tienda, repartiendo su encanto y dejándome un regalo!!!!!... ¡¡¡¡¡Y fue este último gesto el que me hizo darme cuenta de que mi pasión por lo que hago se paga de muchas maneras, pero sobre todo con mucha gratitud y buena energía!!!!! Como decía Sebastian: "te manggio a bacci".

Es por estas y otras razones que la verdadera felicidad reside en las cosas más sencillas. Y esta es la prueba de que Living Tours, con Maria João como protagonista, consigue, en su trabajo diario y en su misión, marcar la diferencia para los viajeros que buscan celebrar lo mejor de Portugal y España.

Una experiencia Living Tours muy especial.

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