"La ciudad de Oporto tiene un experto en visitas turísticas como ninguna otra.

Conozca a María, una mujer cuya conexión con el pasado y profundo vínculo emocional con las historias que cuenta hacen de ella no sólo una guía, sino una narradora que nos transporta al pasado.

Las visitas de María no son meras recitaciones de hechos históricos. Construye un tapiz de emociones, mezclando a la perfección sus propias experiencias y las de quienes han vivido en los lugares que muestra.

Tiene un carácter afectuoso que atrae a la gente, haciéndola sentir como si la acogieran en su propia casa. Algo que se nota en el tierno episodio que nos describe".

(Por Tânia Monteiro, Jefa de Equipo del Departamento de Viajes Regulares de Maria João Santos)

Momentos de reconciliación en el valle del Duero

Este es el testimonio de Maria João Santos:

"¡La verdad es que todos estamos (o deberíamos estar) hechos de una masa fina, fina y de puro amor!

¡Es esta hermosa energía, este sentimiento dinámico de deber constante que debería movernos siempre! Y eso es exactamente lo que vengo a contarles hoy. Soy guía turístico en Living Tours y trabajo con un equipo fantástico, diverso, complejo, pero armonioso en su complejidad. En esta amalgama de personas hay mucho amor, mucha energía hermosa fluyendo y alegría... ¡pero no todo es un camino de rosas, por supuesto! Al igual que nuestras giras, también son una amalgama de personas, culturas, religiones y emociones que se unen con un propósito, del que mis colegas y yo somos responsables.  ¡para pasar un día feliz! Lleno de conocimiento, alegría y "Good Vibes". Pero claro, como ya he comentado, no siempre es así.  hay contratiempos, hay días grises y lluviosos, hay personas con malos despertares a las que les cuesta empezar el día temprano, aunque sea para hacer algo que les gusta   y luego hay motivaciones que van mucho más allá de lo obvio, cuando algunas personas deciden hacer nuestros tours con un objetivo claro y bien definido. ¡RECONOCER!

¿Pero entonces? ¿De qué estamos hablando? Como digo, todo es posible en nuestros viajes... y sí, ¡este tema es serio y bonito a la vez! Vamos...

Hace algún tiempo, incluso antes de la temporada alta de verano, con la tradicional llegada de emigrantes que vienen a disfrutar de sus vacaciones en familia, tuve la oportunidad de recibir a una numerosa familia de Sudáfrica, originaria de Madeira, en una excursión por el Duero. Gente hermosa, humilde y de corazón abierto. El patriarca, severo, con su bigote mirándome desde la esquina, quizás preguntándose cómo iba a tener la paciencia de aguantarme durante todo un día   la mamá, ¡un encanto! Una sonrisa encantadora, una de esas señoras a las que quieres abrazar, cuidando de todo el mundo... siempre atenta a sus polluelos. tenía dos hijos y sus esposas con ella y un montón de nietos, estamos hablando de una familia realmente grande... entre todos ocupaban la mitad del autobús... allí mismo, cuando les di la bienvenida, sentí que había algo diferente en esa señora....

Bueno, el día iba feliz hasta que, en la Adega Cooperativa de Favaios, donde almorzamos, tuve la oportunidad de interactuar más con la matriarca... que se me acercó, asustada, y me dijo: - ¡María, gracias! No sabes lo importante que es este viaje para nosotros... y me contó brevemente lo que les había traído hasta aquí... Entonces me di cuenta del aspecto sombrío de su padre, que pronto se transformó en una discreta sonrisa, siempre recelosa...

Este viaje se había planeado durante un año. Se suponía que incluiría a tres niños y sus familias, no a dos, como resultó ser. Esta familia fue "robada" prematuramente por el temprano fallecimiento de su hijo menor, llevado demasiado pronto por un cáncer fulminante, dejando dos hijos menores de tres años. El resto son detalles dolorosos que no aportan nada a nuestra historia. Debido a esto, estuvieron hasta el último momento tratando de decidir si venían o cancelaban, ya que sería un momento familiar que todos habían estado esperando durante mucho tiempo... Cuando decidieron venir, pensaron en la familia... y estaban seguros de que era algo que su hijo/hermano querría... ¡así fue! Después de este momento de compartir, lágrimas y risas, volvimos juntos al salón para brindar... después de un rato era hora de partir para el viaje en barco... y entonces ocurrió algo surrealista....

El día era suave, un poco caluroso, pero el verano aún no había llegado... De repente cayó una fina llovizna y, mientras descendíamos hacia Pinhão, sin que nada lo predijera, ¡apareció un maravilloso arco iris!

Alerté al grupo y mi mirada se cruzó con la del Patriarca, que me dedicó una amplia sonrisa y levantó el pulgar, ¡feliz! ¡Por fin estaban en paz!

Debo confesar que ese momento me marcó mucho, porque cuando llegamos a Pinhão, sin mediar palabra, ¡los adultos de esa familia se abrazaron y me incluyeron en ese abrazo de Reconciliación! El hijo que "faltaba" ¡estaba allí con nosotros en ese momento! Agradecida por esto, lo estaré siempre, ¡por la Vida!".