Hay algo mejor en la vida que comer ...

Quien viaja, quiere degustar la gastronomía local. ¡Y Braga es un gran lugar para comer y llorar por más!

Empecemos nuestro viaje gastronómico. Desabrochen sus cinturones y programen la dieta para el próximo mes.

BOLO ROMANO (TARTA ROMANA)

¿Quién no conoce Astérix y Obélix? Estos valientes galos protegieron a su pueblo con uñas y dientes del ataque de los romanos.

Aquí en Portugal no teníamos Astérix y Obélix. Como tal, los romanos tomaron parte del territorio y nos dejaron un patrimonio sin fin ... Empezando por el idioma, el portugués, que proviene del latín común que hablaban los soldados romanos.

En la ciudad de Braga, se encuentra el Museo Arqueológico D. Diogo de Sousa, donde se pueden encontrar algunos de los hallazgos romanos en suelo portugués, como oriundos de la antigua ciudad de Bracara Augusta, actual ciudad de Braga. Como parte de su colección museística consta quizás el único Tratado Gastronómico de la época: De Recoquinaria, de Marcus Gavius ​​Apicius (siglo I d.C.).

Fue en una receta del mencionado Tratado que la casa Frigideiras do Cantinho, en Braga, se inspiró para crear el Bolo Romana, al celebrar los dos mil años de la ciudad. Con el uso de productos de la cocina tradicional mediterránea como la miel y los frutos secos, así como el reciente vino de Oporto, este manjar es único en el mundo, siendo exclusivo de esta casa, que es una de las pastelerías más antiguas de la ciudad (1796).

Mientras estás te deleitando con el Bolo Romano, à la unidad o rebanada, mira a través del piso de vidrio del establecimiento y sorpréndete: debidamente conservadas, están las ruinas de una domus (casa) romana, que data del Bajo Imperio, siglos III / V d.C.

FRIGIDEIRAS (SARTÉN)

También en Frigideiras do Cantinho se puede elegir un salado que dio nombre a la casa: las Frigideiras.

Una auténtica comida, este divino pastel redondo con hojaldre y relleno de carne picada fue mencionado por el escritor portugués Camilo Castelo Branco en su obra Novelas do Minho, y también referenciado en los Serões da Província, de Júlio Dinis:

« El resto de la cena transcurrió sin nada nuevo, salvo el saludo general, que se ganó la sorpresa del médico, que, en esta ocasión, consistió en una docena de las muy elogiadas frigideiras de Braga, la más apetecible concepción de los reposteros de la augusta ciudad. »

Una receta con más de 200 años, ha pasado de generación en generación. Sabemos que contiene ternera y que se cuece en manteca de cerdo ... pero hay un secreto ... y ese, es la alma del negocio!

PUDIM ABADE DE PRISCOS (PUDIN ABAD DE PRISCOS)

En este arte de cocinar, el ingenio no conoce credos y todo indica que el pecado de la gula lo confesaría en varias ocasiones el abad Manuel Joaquim Machado Rebelo, sacerdote de la parroquia de Priscos - Braga, durante 47 años.

Hombre de los 7 oficios, Manuel era cura, gastrónomo, bordaba, se ocupaba de arreglos florales, se interesaba por la química y la fotografía. Viviendo casi 100 años (1834-1930), el abad dedicó parte de su tiempo a la cocina. Se dice que llevaba consigo una carpeta dondequiera que tuviera algunos de los secretos de sus creaciones y especias mágicas que usaba en sus manjares. Lamentablemente, solo el Pudim Abade de Priscos ha llegado a nuestros días.

Dulce más dulce que este no va a encontrar caro lector (medio kilo de azúcar). Y cuando lo pruebe abrirá mucho los ojos de sorpresa porque estoy segura de que nunca ha probado nada igual. De consistencia sien par en el mundo de los pudines, intentará adivinar el secreto de la receta. Además de las quince yemas de huevo y el vino de Oporto, este pudín lleva ... 50 gramos de tocino de cerdo. ¡¡¡Verdad!!!

Se considera este ingrediente insólito, el abad tuvo un día la osadía de cocinar un delicioso plato para el rey Luís I de Portugal, que tenía la paja como uno de los ingredientes. Cuando se enteró, el rey enfurecido le preguntó sobre tal descaro. Manuel respondió: "Perdóname Señor, pero todos comen paja - la quistión es saber cómo cocinarla".

TÍBIAS (TIBIAS)

De origen conventual, este dulce tiene una forma similar al hueso tibia, de ahí su nombre. La textura, por otro lado, no tiene nada que ver con la dureza de un hueso. De hecho, es un dulce extremadamente delicado, que se derrite en la boca.

La masa es muy ligera y un poco crujiente, siendo rellena con una crema pastelera súper suave y espolvoreada con azúcar.

Como el mundo cambia constantemente, también los gustos se refinan y aparecen otras versiones de Tíbias. En la pastelería Tíbias de Braga encontrarás Tíbias tradicionales y también Tíbias para todos los gustos: Tíbia pralline de avellana; Tíbia piña; Tíbia capuchino; ...

¿Ya te hace la boca agua?

VIÚVAS (VIUDAS)

Las Viúvas estuvieron desaparecidas durante muchos años, hasta que hace poco regresaron a las pastelerías de Braga, luego de un minucioso estudio de registros conventuales, así como viejos libros de cocina de familias de la ciudad.

Creadas por las franciscanas del Convento de Nossa Senhora dos Remédios de Braga, los principales clientes durante las festividades de S. Benito, fueron los monjes del Monasterio de S. Martinho de Tibães.

No demasiado dulces, la masa crujiente de las Viúvas se rellena con crema de huevo, almendra, azúcar y canela.

Y como los ojos también comen, la forma es bastante original. Se encontraron grabados y descripciones de la época que explicaban cómo doblar la masa y envolver en papel este tan peculiar dulce.

Ahora, pruébalo.

FIDALGUINHOS (HIDALGUITOS)

Aparentemente, las ya mencionadas monjas fueron bastante creativas. He aquí, que también fueron ellas las creadoras de esta adictiva galleta con sabor a limón y canela, que los habitantes suelen comer en Semana Santa. Desaparecen en un abrir y cerrar de ojos.

Los Fidalguinhos tienen una forma peculiar, que recuerda a las delgadas piernas de un hidalgo, en una clara crítica al modo de vida de los antiguos nobles: poco o nada hicieron para que la vida les fuera bien.

BACALHAU À MODA DE BRAGA (BACALAO À LA MANERA DE BRAGA)

Por aquí ya se contonea, pero todavía queda espacio para el rey de la gastronomía portuguesa: el bacalao.

En Portugal tenemos mil una recetas para cocinar bacalao, pero este plato es uno de mis favoritos, así que debe probarlo cuando visite Braga.

Cuenta la historia que esta receta surgió en Restaurante Narcisa. Tuvo tanto éxito, que rápidamente otros restaurantes de la ciudad "robaron" la receta y empezaron a hacer Bacalhau à Narcisa. Cuando en otras regiones conocieron el plato, lo llamaron Bacalhau à Moda de Braga.

Este manjar de los dioses, no es más que un trozo de bacalao frito, cubierto por una capa de cebolla frita y rodeado de patatas fritas en rodajas.

Braga es un buen ejemplo de la variedad y calidad gastronómica de la región del Miño. Salado o dulce, puedes probar lo que más te guste y emprender un viaje de los sentidos. ¿Con cuáles empezarás?

Para descubrir estas y otras maravillas del rico patrimonio de Braga, puede seguir uno de las excursiones de Living Tours o elegir actividades, a través de la ciudad de los arzobispos.