Disciplina
La disciplina es la mejor amiga del hombre porque lo lleva a realizar los deseos más profundos de su corazón.
En la vida hay mucha “gente gaseosa”: empiezan una actividad con mucha fuerza, pero luego esa explosión inicial pierde el aliento para dar paso, una vez más, a la actividad rutinaria.
Es bueno estar motivado, lleva al movimiento, pero el secreto está en cultivar hábitos.
Y no se trata solo de apuntarse en inglés o en el gimnasio e ir el primer día, sino de cumplir religiosamente, de vencer la tentación de quedarse en casa cuando la pereza o el cansancio hacen hincapié en estar presente justificándose con “es solo un día, no hay problema "
Ese día casi siempre se convierte en dos, luego en tres, y así sucesivamente, hasta que, finalmente, nos damos por vencidos.
En el momento en que dejamos de realizar un buen hábito, comenzamos a practicar uno malo.
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