Fundada en 1560 por D. Álvaro de Castro, Consejero de Estado del Rey D. Sebastião, esta joya histórica vino a adornar la Serra de Sintra. En el momento de su fundación, se le dio el nombre de Convento de Santa Cruz de la Serra de Sintra y se le dio a los frailes franciscanos.

El Convento de los Capuchos, o "Convento del corcho" como también se lo conoce, marca la diferencia en la pobreza de los elementos arquitectónicos y decorativos. También destacan los suelos y adornos de corcho, que complementan el elemento natural y ayudan a aislar contra el frío de la sierra.

Fue construido siguiendo una filosofía minimalista, dando prioridad a la mejora espiritual. De tamaño pequeño, se adapta perfectamente al medio ambiente, respetando así la armonía con la naturaleza.

La simplicidad del convento fue tal que el rey D. Filipe I de Portugal incluso comentó: "De todos mis reinos, hay dos lugares que realmente aprecio, El Escorial por su riqueza y el convento de Santa Cruz por tal pobre".

Tiene la peculiaridad de tener habitaciones y puertas muy pequeñas porque todos los monjes que estaban aquí, estaban en penitencia o promesa y caminaban doblados. Hoy en día solo es posible pasear por los restos del convento franciscano.

La visita al convento es la excusa perfecta para caminar por los senderos de montaña y respirar aire fresco. El bosque representa notablemente la flora endógena de Sintra, que ha sido preservada y apreciada por los religiosos del convento durante siglos. Su estado de conservación, consolida la importancia natural de este peculiar santuario, que es la Serra de Sintra.

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