Planificar y preparar, establecer prioridades, distinguir lo urgente de lo importante son pasos fundamentales para alcanzar nuestras metas en la vida personal y profesional. Vemos esto todos los días, en la forma en que trabajamos, organizamos la vida familiar o el tiempo que nos reservamos.

Sin planificación, es posible que podamos lograr nuestros objetivos, pero las probabilidades son menores y el camino para llegar allí es mucho más difícil, ineficiente y problemático.

Se o planeamento se revela importantíssimo ao nível individual, ao nível das organizações e empresas é vital. Por isso, não é exagerado dizer, como é minha convicção, que numa empresa o planeamento é a base de tudo.

Personalmente, tengo mi vida profesional y la de Living Tours, siempre planificada por al menos 2 años, con todos los eventos a los que pretendo asistir, congresos y conferencias para estar presente, ferias y workshops para participar, así como otros objetivos definidos, planeados para ser cumplidos, lo que casi siempre sucede.

Es difícil pensar en algún tipo de resultados comerciales sostenibles y consistentes a lo largo del tiempo sin adoptar estos hábitos de planificación muy sólidos que creo que son la base del éxito comercial.

Como sabemos, los resultados de una empresa se miden en términos de tres puntos fundamentales: ventas, beneficio y flujo de caja.

Pero estos tres puntos dependen de la capacidad de la empresa para ser coherente y dependen de tres disciplinas que se deben practicar hasta el cansancio:

1 - Establecimiento de prioridades: Distinguir lo central de lo secundario, y establecer qué se debe hacer primero y qué, siendo importante, podemos dejar para después.

2 - Capacidad para generar información y decidir en base a esta información: las decisiones deben tomarse de manera racional y con base en información sólida. Esto no quiere decir que las decisiones intuitivas tampoco puedan ser buenas, pero es importante cruzarlas siempre con una base informativa y bien fundamentada que les dé congruencia.

3 - Capacidad para implementar un ritmo: Porque no basta ir por el camino correcto, hay que hacerlo a la velocidad adecuada.

En la práctica, estas tres disciplinas se traducen en la capacidad de planificar: porque planificar es establecer prioridades, planificar implica centrarse en determinados indicadores y medirlos, planificar es establecer un cronograma para ejecutar lo que proponemos, es decir, predecir un cierto ritmo.

La planificación es el sistema que permite que todas estas piezas encajen, permitiendo que suceda todo lo demás y garantizando la tracción a la que aspiramos para el negocio.

La presión de planificar es una presión positiva, porque nos mantiene enmarcados y alineados, porque nos ayuda y guía, pero no todos están dispuestos a rendir cuentas a sí mismos.