En Living Tours, recomendamos que las personas desarrollen seis actitudes en el día a día, para encontrar su felicidad:

1. POSITIVISMO

Es una actitud que ayuda a la persona a volverse hacia los valores que la experiencia humana indica genéticamente como buenos.

En Living, hemos adoptado una larga lista de definiciones. Es lo que entendemos por vida positiva.

• Luchar por los sueños de forma decidida.
• Crecer sin tener que disminuir a nadie;
• Tener la verdad como principio vital;
• Utilizar el poder de la audacia de manera constructiva;
• Saber agradecer y perdonar fraternal y totalmente;
• Valorar a la familia;
• Vivir cada día con optimismo sobre el futuro;
• Respetar su propio cuerpo;
• Preocuparse por los más necesitados;
• Preservar la naturaleza;
• No se sientir abrumado en tiempos difíciles;
• Nunca perder la esperanza;
• Tener alta autoestima;
• Ser rico en humildad;
• Siempre hacer su parte de la mejor manera;

2. ENTUSIASMO

Es un estado de ánimo que alimenta nuestra voluntad de trabajar, ya sea en las tareas cotidianas o durante los períodos de movilización.

Algunas personas viven rodeadas de oportunidades, tienen ideas brillantes, pero son incapaces de ponerlas en práctica. A veces falta la fuerza motivadora.

En el otro extremo, están aquellos que logran convertir la adversidad en éxito, precisamente porque es la fuerza transformadora del entusiasmo dentro de ellos.

El entusiasmo es el diferencial y también es colectivo y puede pasar de persona a persona.

Debemos crear formas de estimular el espíritu entusiasta en los equipos.

3. FLEXIBILIDAD

En tiempos de cambios tan rápidos, es fácil comprender la importancia de ser flexibles, si cultivamos el desapego de lo que hemos aprendido, estamos listos para recibir lo nuevo.

Temprano o tarde, la tecnología que ahora es avanzada, envejecerá cada vez más rápidamente.

Debemos estar preparados para ese momento, siendo flexibles para absorber las innovaciones.

Necesitamos saber escuchar y reflexionar sobre los argumentos en contra de nuestras opiniones.

Debemos estar preparados para ese momento, siendo flexibles para absorber las innovaciones.

En la empresa, la flexibilidad se refiere a las condiciones de readaptación y redirección.

4. ORGANIZACIÓN

Uno de los principios más importantes.

Cada colaborador necesita dedicar parte de su tiempo a observar su campo de trabajo, establecer la importancia y prioridades de sus tareas.

Deben cultivarse virtudes como la sencillez y la objetividad.

El sentido de organización requiere considerar la dimensión del tiempo: es necesario que el empleado tenga claro cuánto tiempo dedica a cada tarea.

5. ENFOQUE Y ACCIÓN

Es el tratamiento que se le debe dar a cada tarea.

El hábito que se debe cultivar es mantener la mente concentrada en lo que se está haciendo, porque el peor enemigo de la calidad es la acción irreflexiva.

Las mejores soluciones no son el resultado de ideas perfectamente diseñadas, sino de acciones bien pensadas que, al generar los primeros resultados, facilitan correcciones y mejoras.

6. INICIATIVA

Para estar completos, los equipos deben tener un fuerte espíritu de iniciativa.

Ante nuevos hechos, debemos estar preparados para responder rápidamente.

Si el empleado conoce los principios y objetivos de la empresa, es capaz de decidir qué medidas y pautas debe tomar en cada situación.

De lo contrario, quienes evitan actuar porque creen que el problema no es de su competencia, por miedo a equivocarse o por conveniencia, pierden tiempo y, por tanto, competitividad.

Si el tiempo es dinero, podemos decir que la iniciativa es fuente de riqueza.

Lo mejor de estas seis actitudes es que se alimentan, complementan y equilibran entre sí.

Así como el entusiasmo va acompañado de un espíritu positivo, la flexibilidad en la organización es fundamental.

De la misma manera que la organización carece de sentido si no se guía por el enfoque correcto si no está al servicio de la acción. Y no habrá acción si no hay iniciativa.

El círculo virtuoso se completa cuando nos damos cuenta de que la iniciativa es descendiente directa del positivismo y el entusiasmo.

Todas estas actitudes tienen una base ética y, por tanto, pueden ser llevadas a todas las formas de interacción social y también son válidas para orientar la relación de la empresa con la sociedad.

La empresa del siglo XXI es más que un agente económico.

Desarrollada con ética, asume la condición de corporación ciudadana, cuya acción está orientada al desarrollo integral de la sociedad a través de campañas públicas, acciones internas o apoyo a entidades en causas sociales, ambientales, educativas y de salud pública.

En Living Tours estamos orgullosos de todas las iniciativas que contribuyen al desarrollo de la sociedad.

Y estas acciones han contribuido a ampliar los resultados de la empresa.

Lo que se construye, después de todo, va más allá de la vida empresarial.

Cuando la empresa desarrolla actitudes positivas, contribuye no solo a su éxito, sino también a la felicidad de cada uno de sus empleados y de toda la sociedad.

Es un beneficio que no se puede contar, pero que debemos buscar y perseguir con el mismo vigor y entusiasmo, porque es el verdadero objetivo del ser humano y de todas sus acciones.

La felicidad es la consigna de las empresas del siglo XXI. La felicidad está en el aire, está en las personas. Está en Livingtorianos.