Cuando conocí a sofia

Mientras celebramos nuestro aniversario de bodas, me gustaría compartir el momento en que conocí a mi esposa Sofía.

A menudo me decido por alguien en 30 segundos después de conocerla, sentí una buena emoción por Sofía casi desde el momento en que la vi, teníamos 20 años.

Conocí a Sofía en una clase de la universidad, a ella le encantaban las matemáticas y yo las odiaba, ella fue a una clase extra de matemáticas en mi clase, se sentó frente a mí y luego tomé prestado un bolígrafo sin necesitarlo, luego tuve la suerte de haber aceptado ser mi tutora de matemáticas y me salvó de la fobia a las matemáticas, habiendo terminado con su ayuda todas las sillas de matemáticas al revés.

Sofía es una persona encantadora, sencilla y práctica y rápidamente me di cuenta de que mis bromas y travesuras habituales no la impresionarían.

A los dos nos encanta viajar y hacer viajes de experiencias, unos años después de conocernos nos aventuramos en un viaje en coche de 6000kms, al volante de un Renault Megan por Portugal, España, Francia e Italia, un viaje inolvidable con el divertido momento de Venecia donde Sofía se encontró con la professora de francés de la escuela secundaria en la Plaza de San Marcos.

Después de este primer viaje, nunca dejamos de visitar y experimentar el mundo, habiendo ya visitado 50 países y muchas experiencias vividas para dos, cuatro con nuestros dos hijos o con amigos. Conocer nuevas culturas, nuevas personas, nuevos pensamientos, nuevas formas de vida es fundamental para mantener una mente abierta, muy necesaria en el mundo empresarial, dispuesta a cambiar e implementar innovaciones constantes.

Desde ese tiempo en la universidad nos hemos vuelto inseparables y después de un tiempo nos hemos mudado juntos sin separarnos.

Le debo mucho a Sofia. Ha sido mi esposa durante 13 años y una compañera durante 25 años, la madre de nuestros dos maravillosos hijos y mi constante piedra en la que me apoyo. Sofia siempre ha sido una fuente constante de sabiduría y ha jugado un papel importante en algunas de las mejores decisiones de mi vida.

Boda

Lo mejor fue cuando Sofía y yo nos casamos en la playa de Runaway Bay en Jamaica, 11 años después, sin invitados solo nosotros dos, en una aventura sin nada programado decidimos casarnos en ese momento.

Rápidamente contratamos a un notario / sacerdote pidiendo ayuda en la recepción del hotel, que sin invitados los testigos tenían que ser los camareros que servían el champagne y el pequeño pastel de bodas, la ropa también era la que teníamos para las vacaciones y el ramo de flores fue la única extravagancia realizada a pedido de Sofía de las flores del campo que son sus favoritas.

Un año después, nació nuestro primer hijo, Salvador, y 3 años después, Bernardo.

Sofia es una persona maravillosa, cuidadosa, atenta, muy cariñosa con todas las personas con las que tiene relaciones, excelentes relaciones públicas, a su lado es difícil vivir una vida triste o monótona, siempre alegre y de buen humor cuidando a nuestros hijos y los nuestros perros con maestría, sabiduría y mucha ternura, algo que nunca podré igualar por mucho que lo intente.

Si volviera mi mente a ese día en el salón de clases hace 25 años, nunca podría imaginar lo que traerían las próximas dos décadas y media, con una vida de amor y niños maravillosos como Salvador y Bernardo.