¡Aún no se ha inventado la máquina que crea, imagina y sueña!

El ser humano tan lejos durante años, vuelve triunfante. Las empresas necesitan ideas, al igual que el producto terminado necesita materias primas. La creatividad se ha convertido en uno de los principales insumos con los que puede contar una empresa con visión de futuro. Pero la presencia de personas simplemente no garantiza la creatividad. Muchos ni siquiera se consideran creativos.

Las personas solo ponen sus talentos creativos a disposición de la empresa si están dispuestos. Ellos son los que deciden. Esta es la máxima libertad. Incluso si están severamente supervisados, con cámaras de vigilancia monitoreando su trabajo, búsquedas en las puertas de salida de la fábrica, etc., ninguna restricción tiene ningún poder sobre la libertad de elección.

Y crear es una elección que las personas sólo deciden hacer cuando se sienten comprometidas con el propósito de la empresa. Para que haya compromiso y creatividad, el alma debe estar presente.

El alma, de hecho, marca la diferencia. Proporciona la energía que impulsa a una empresa a superar a otra en el mismo mercado, en la misma economía, frente a los mismos obstáculos. Incluso porque no hay empresas con almas iguales. Cada uno tiene su particularidad, que lo hace diferente a todos los demás. Es el alma la que explica los éxitos sin causas visibles.

La verdad es que una empresa no compite con otra, quien compite es un equipo con otro equipo, o mejor dicho, un equipo con grupos o grupos de personas.

Personal que tienen todas las empresas, los equipos son escasos. Un grupo de personas trabajando juntas no crea un equipo. Hay sentimientos y emociones en cualquier ambiente de trabajo, pero su pura y simple presencia no implica la existencia del alma.

No hay equipo sin objetivos comunes. En la empresa con alma, los objetivos son compartidos y, por tanto, de todos. Este conjunto de objetivos comunes se llama propósito. Una empresa con alma tiene un propósito, que se basa en los valores de las personas. Después de todo, están dispuestos a apoyar metas que también podrían ser las tuyas. Nadie se preocupa por lograr metas exclusivamente para los demás.

Es por eso que en las empresas con cuerpo y mente, las personas están, en el mejor de los casos, involucradas con su trabajo y salario, pero no con el propósito. Aunque la mente ofrece un propósito con la definición de negocio, solo el alma puede transformarlo en visión, compartida y apoyada por todos. Sin embargo, para un propósito a desarrollar, es necesaria la figura del líder.

Una de las características de las empresas con alma es el propósito de servir: clientes, empleados, accionistas, medio ambiente y sociedad. El objetivo de “estar al servicio” crea esta cultura en la empresa, algo que, sinceramente, involucra a todos.

Querer aportar es muy diferente a extraer. Las empresas que solo quieren sacar ganancias del mercado crean empleados que solo quieren sacar ventajas de ellos. En éstas, no por casualidad, son frecuentes las denuncias sobre retribuciones y hay un mayor número de fraudes.

Por otro lado, las empresas que tienen como objetivo contribuir crean equipos contribuyentes. Son las empresas más rentables, donde están las personas mejor preparadas y mejor pagadas. Pero la mayor recompensa que obtienen las personas por contribuir es la autorrealización y el aumento de la autoestima. No puede haber mayor recompensa.