La mayoría de los descubrimientos revolucionarios y los inventos notables a lo largo de la historia tienen una cosa en común: son el resultado de la curiosidad.

El impulso de buscar nueva información y experiencias y explorar nuevas posibilidades es un atributo humano básico. En base a ello, somos imbatibles en nuestra capacidad para crear, inventar y revolucionar.

Mantén la curiosidad, la apertura a nuevas ideas, no estés muy seguro, busca cuestionarte, cuestionarte, ver desde otra perspectiva, reconocer que esta perspectiva puede ser aún mejor, ver lo que no podemos ver.

Este ejercicio no es fácil porque implica salir de su zona de confort. Aún así, es necesario.

La búsqueda constante de una mejor forma de hacer las cosas debe guiar nuestro comportamiento.

Steve Jobs dijo esto muy claramente cuando nos aconsejó que nos mantuviéramos "hambrientos". Hambriento de cosas nuevas. Curioso.

Esta es la semilla de la innovación, y esencialmente significa que sentimos la necesidad de descubrir lo que quizás no estemos viendo. Porque es lo que puede que no veamos muy a menudo lo que es la parte más interesante, la clave de la pregunta.

Es obvio que la curiosidad está íntimamente ligada a la humildad. Sólo cuando admitimos que no sabemos todo podemos empezar a descubrir.

Tener una mentalidad curiosa puede llevar a los equipos a obtener resultados diferentes en las tareas diarias, llenas de problemas, como por ejemplo:

• Mejor toma de decisiones, a través de una mayor curiosidad por verificar datos e información importantes para la toma de decisiones;

• Aporta mayor flexibilidad ante diferentes escenarios, ya que la curiosidad abre paso a lo incierto y ambiguo de forma más amigable;

• Hay una reducción de los conflictos entre personas, ya que la curiosidad aumenta la búsqueda del autoconocimiento, así como normaliza el conflicto generado por las preguntas;

• Mejora la comunicación y la empatía entre las personas, ya que implica una conciencia más abierta para compartir información y también una mayor apertura a la escucha atenta;

• Es el combustible de la innovación, ya que investigar, conocer y explorar información y tendencias apoya el proceso de innovación;

• Mejora la experiencia de los clientes internos y externos, considerando que el principio básico de las experiencias es la profundidad del conocimiento adquirido sobre el cliente.

En Living Tours, una de las formas prácticas de medir la curiosidad de cualquier equipo es observar su apertura al interrogatorio y al cuestionamiento constante.

Los líderes crean espacios y momentos en los que los empleados se sienten libres para cuestionar ciertos principios. Además, fomentamos la curiosidad del equipo al no dar respuestas listas cuando el equipo se enfrenta a un dilema. El cuestionamiento permite perfeccionar y ampliar la percepción y el razonamiento lógico.

Siempre habrá cierto riesgo entre ser curioso y buscar el camino menos obvio hacia los problemas con los que nos enfrentamos a diario. Pero este es también el camino en el que podemos extraer lo mejor de la capacidad de perspectiva de nuestros equipos.

Y, en un mundo complejo, oscuro e incierto como el que vivimos, la curiosidad es fundamental para dotarnos de información y datos imprescindibles para los procesos de aprendizaje e innovación colectiva.

Digo esto porque la curiosidad e incluso la creatividad en sí no son habilidades nobles, reservadas solo para unas pocas personas “especiales”, como muchas personas tienden a pensar. La base de estas habilidades está en la percepción, es decir, en la forma de ver las cosas.

Por tanto, todas las personas, independientemente de su perfil, pueden contribuir a la creación o mejora de nuevas ideas dentro de una empresa.

Edwin Land, inventor de la cámara Polaroid, se inspiró en el interrogatorio de su hija de 3 años.

Pensemos en lo que podría ganar cualquier empresa si cada empleado se volviera más curioso, si todos los líderes pudieran ver la curiosidad como una de las principales palancas estratégicas para lograr metas y objetivos.