Es muy difícil, si no imposible, convertir un grupo de profesionales en un equipo de alto rendimiento cuando su enfoque principal es solo el suyo. Después de todo, nadie hace nada solo.

Puede ser un gran talento, incluso un fenómeno en su campo, pero sin la colaboración externa, será imposible poner en marcha todos los proyectos.

Establecer puentes sólidos de relación es fundamental. Esta es la forma más eficiente de tener a alguien en quien confiar.

Las buenas relaciones van mucho más allá de un simple contrato de trabajo. No es porque a un trabajador se le pague un salario que necesariamente estará dispuesto a entregar lo mejor que tiene para ofrecer. Tampoco es el monto de la remuneración lo que determina el tipo de profesional que tendrá en su plantilla, sino cuánto estamos disponibles para demostrar que vale dicho empleado.

Digamos que te ofrecen la mejor oferta de trabajo, con el salario más tentador. Si el ambiente es tóxico, y si el líder o líder de equipo no sabe reconocer y alentar el esfuerzo realizado por su equipo, toda la inversión económica será inútil. Cuando más lo necesite, estará solo, porque no ha desarrollado una base de apoyo, seguridad y asociación.

Soy fundador y CEO de uno de los principales tour operadores receptivos de la Península Ibérica. Soy absolutamente consciente de que no llegué aquí solo. Necesité ayuda varias veces. Sé, principalmente, que no me mantengo en mi puesto solo por el esfuerzo que hago todos los días, sino porque formé un increíble equipo de profesionales.

Son personas con las que puedo contar en cualquier momento y que, por otro lado, saben que estaré disponible para ellos en la misma medida.

 Si haces de tus iniciativas un proyecto personal y quieres todo el protagonismo sobre ti, tus posibilidades de éxito serán mínimas. No caigas en esa trampa.

Todo lo que hagas con la intención de ganar debe ser necesariamente un trabajo en equipo. En ese sentido, cada uno colabora con lo que tiene y es en el conjunto y en la combinación de todas las habilidades y talentos que se hace posible el éxito del emprendimiento.

Recuerda: tu disponibilidad es capaz de involucrar a las personas en la acción. Esto implica dar ejemplo, movilizar al equipo, saber comunicar y ganarse la confianza de cada uno de los miembros del equipo.

Naturalmente, el líder acaba destacándose en el mercado. Y eso tiene sentido. Después de todo, la responsabilidad de liderar a todo el equipo y ser el faro de la transformación recae sobre tus hombros. Un liderazgo eficiente y ganador sirve de modelo, inspiración y guía para que todos sepan hacia dónde van y el porqué del camino elegido. Pero esta responsabilidad hay que llevarla con una buena dosis de humildad.

Suelo decir que mi satisfacción proviene de los resultados colectivos alcanzados, y no de mis logros individuales.

Sin tener en cuenta este principio, no podrá ejercer un liderazgo inspirador, solo un liderazgo autoritario. Y el líder que impone y somete a su equipo no crea vínculos, no desarrolla proyectos, no construye un ambiente propicio, en el que todos tengan la misma oportunidad de brillar y ser reconocidos por su esfuerzo.

¿Qué tipo de líder quieres ser?