La Diferencia entre Pastel de Nata y Pastel de Belém
Cuando se piensa en dulces portugueses, el Pastel de Nata o Pastel de Belém son una de las primeras especialidades que surgen en la mente. Las famosas tartas de hojaldre, huevo, leche, azúcar y la mezcla perfecta entre el limón y la canela son de los dulces más populares del país, y tanto son deliciosos calientes como fríos. Sin embargo, la idea común de que la diferencia entre ellos es una cuestión lingüística no podía ser más errónea. Se cree que el portugués del norte del país los llaman "Pastel de Nata", mientras que en el sur prefieren el término "Pastel de Belém". Pero no, la explicación no es esa.
¿Entonces cuál es la diferencia entre Pastel de Nata y Pastel de Belém?
En realidad, tiene todo que ver con su origen. La primera receta del Pastel de Belém fue creada en 1837, por los monjes del emblemático Monasterio de los Jerónimos. Hasta hoy, la receta se mantiene en secreto y, por lo tanto, se convierte en una verdadera especialidad! Así, sólo en la Fábrica dos Pastéis de Belém, la pastelería familiar con más de 100 años donde se confeccionan, es que encontrará los Pasteles de Belém originales. Sólo allí es que estas pequeñas tartas se pueden llamar así, ya que su nombre ha sido incluso patentado.
Todos los demás, de otras confiterías de Lisboa, de otras zonas de Portugal o incluso exportados a otros países se designan Pasteles de Nata. La receta varía, los ingredientes también. Unos son más crujientes, otros más suaves. Esto no significa que sean mejores o peores... sólo no son Pasteles de Belém. Estos son absolutamente únicos en el mundo!
Tal es la fama y el valor histórico y casi cultural del Pastel de Belém, que fue elegido una de las 7 Maravillas Gastronómicas de Portugal, en 2011. Pastel de Belém y pastel de Nata ganaron los dos primeros premios en el concurso mundial TasteAtlas en 2023. Este dulce portugués es tan famoso que incluso tiene una clase de cocina para quien visita Lisboa!
Ahora ya sabe cuál es la diferencia entre Pastel de Nata y Pastel de Belém. Pero no se equivoque: todos ellos son dignos de tener el adjetivo "DELICIOSOS".
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