Nunca dejes que la negatividad te controle y permanece siempre alerta. La negatividad es destructiva, porque si bien puede hacernos sentir mejor aclarándonos para que podamos justificarnos, no resuelve nada.

Pero además, hay otro problema. Hoy en día sabemos que las emociones son contagiosas, por eso el peligro aumenta. La ciencia ha demostrado que los procesos de contagio emocional son automáticos e inconscientes.

Significa que, naturalmente, tendemos a imitar a las personas más cercanas a nosotros.

Por eso siempre trato de no acompañar a personas pesimistas, que son parte de mi vida diaria para no dejarme contagiar.

Lograr grandes cosas en la vida requiere coraje y optimismo, porque las dificultades siempre estarán ahí y la negatividad no parece ser la mejor estrategia.

La alternativa más adecuada, sin duda, es la del entusiasmo y la esperanza, a pesar de los contratiempos y piedras temporales que nos encontremos.