El crecimiento es un mecanismo de supervivencia.
1. Si no hay crecimiento, la empresa muere. Quien no está creciendo está muriendo.
Una empresa, como cualquiera, está diseñada para crecer, mejorar y evolucionar.
Cuando se pierde ese espíritu, la compañía comienza a languidecer, a perder impulso, a estancarse o a asentarse.
En esta vida, aquellos que no avanzan, se retiran. No hay término medio. No es posible permanecer en la misma situación.
La competencia mejora y gana terreno con cada día que pasa y aparecen nuevas iniciativas. Todo esto presupone una amenaza para la cuota de mercado.
Sin una filosofía de crecimiento, ya sea producto, servicio, mercado o cualquier otro aspecto, es muy difícil para una empresa sobrevivir.
2. Mi posición ha sido, desde el principio, una dedicación total al trabajo, junto con un requisito máximo.
Nunca he estado ni estoy contento con lo que hago y siempre he tratado de inculcar eso en todos los que me rodean.
Es la filosofía de Kaizen: la mejora continúa. Pon toda la carne en el asador. Dale el alma por un proyecto.
Detrás de cualquier éxito, hay mucha fuerza y capacidad de sacrificio, aunque a menudo, a los ojos de los demás, las cosas parecen ser una cuestión de suerte o algo así.
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